octubre 29, 2024

Juárez: el laboratorio del futuro… distópico

La política estatal que privilegia a la industria sobre los derechos de las personas trabajadoras generan un ciclo de abandono del que ya resulta complejo alejarse. Una lucha arrastra a las víctimas a encararse con ot

Ricardo Balderas

La política estatal que privilegia a la industria sobre los derechos de las personas trabajadoras generan un ciclo de abandono del que ya resulta complejo alejarse. Una lucha arrastra a las víctimas a encararse con otra.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Una ola de violencia azota la zona fronteriza de México. No sólo se trata de la crisis por desapariciones o la violencia feminicida por la cual, Ciudad Juárez en Chihuahua, es tristemente conocida. La política estatal que privilegia a la industria sobre los derechos de las personas trabajadoras generan un ciclo de abandono del que ya resulta complejo alejarse. Una lucha arrastra a las víctimas a encararse con otra. Lo terrible se encuentra al intentar regresar a casa.

Son las cuatro de la tarde, tres mujeres jóvenes acomodan cubiertos sobre la mesa de un café. Se trata de Vanesa, Araceli y Arecho. Las tres son hijas de mujeres obreras de la maquila en la ciudad más peligrosa para ejercer ese oficio. Ellas iniciaron una colectiva con el objetivo de ayudar a las Madres Buscadoras a encontrar cuerpos de otras mujeres desaparecidas. Todas ellas fueron reportadas como desaparecidas luego de salir de las fábricas donde realizaban algún trabajo manual. Las activistas, a pesar de la baja en las desapariciones en su estado, decidieron continuar con la organización comunitaria y protestar por los derechos de las personas trabajadoras de la maquila. Ellas se autodenominan: “Hijas de su maquilera madre”.

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“Nuestro nombre, pues reivindica eso no, que somos hijas de mujeres maquiladoras o de trabajadoras de maquila como nos quieran identificar”. Y es que, explican, en algún punto, ser una hija de una mujer obrera poseía una carga negativa en la zona fronteriza. Se asociaba con la pobreza, con la crisis humanitaria de desapariciones en Ciudad Juárez. Por eso, dicen, era necesario revindicar el derecho a ser herederas de la cultura del esfuerzo. El real. El esfuerzo que despierta muy temprano y se encamina a trabajos con extensas horas de trabajo físico y mental.

“Nosotras, que somos hijas de esos trabajadores, pues tenemos esta oportunidad, o tuvimos la oportunidad, de conocer el activismo y organizarnos, con base a eso, pero realmente el movimiento, pues es muy pequeño, ¿no? Comúnmente las violencias sexuales son las que mueven a las mujeres (de las maquilas) aquí en Ciudad Juárez, pero hay muy pocos casos en donde hay una lucha obrera”. Esos son los motivos por los cuales, según explican las activistas, era necesario conformar una causa común dentro de las maquilas. Pero la lucha es ardua y los frentes son varios. La aparición de grupos criminales en la región, logró adentrarse en la industria.

Y a pesar de que existen mecanismos o intentos por controlar el consumo de sustancias ilegales, las activistas reconocen que dentro de estas empresas te puedes encontrar con proveedores de estupefacientes lo cual agrega una capa de complejidad al intentar trabajar en conjunto con la base obrera.

A Ciudad Juárez, le azotó el abandono. La ciudad entera, que alguna vez fue próspera, ahora es un retrato de la conmiseración. Por todos lados pululan edificios enormes abandonados, personas en situación de movilidad humana buscando una oportunidad, y otras, que se ven obligadas a habitar las calles a falta de un techo dónde pernoctar, también prostíbulos, muchos prostíbulos.

Por paradójico que pueda parecer, según datos de la Secretaría de Economía de 1994 a 2020 el número de empresas en Ciudad Juárez con capital extranjero creció 312%1. Y resulta paradójico puesto que, a pesar de que la ciudad cuenta con múltiples privilegios para que las empresas, nacionales y extranjeras, puedan desarrollar sus naves industriales por toda la ciudad, la calidad de vida de los juarenses sigue siendo la misma.

Este indicador, el de la inversión extranjera en Juárez, revela el modo en que las empresas extraen de México, no sólo recursos naturales, también recursos humanos a precios bajos. Es decir, se trafica con el valor de producción de los obreros.

Debido a que lo producido por la industria de la manufactura (maquilas) es exportado de manera directa, el valor del trabajador fronterizo cotiza en dólares y no en moneda nacional, lo cual también eleva los costos de vivienda y servicios en los más de 40 municipios que conforman la Zona de la Frontera Norte.

Investigar a la industria en un estado represor

Pero estos privilegios siempre van de la mano a compromisos políticos. En mayo del año pasado, un portal independiente de noticias llamado La Verdad de Juárez, documentó cómo la actual gobernadora panista, María Eugenia Campos Galván, entregó a Luis Lara Armendáriz (también conocido como uno de los padres de la maquila), un predio valuado en 37 millones 546 mil pesos, en tan sólo 3.4 millones de pesos2.

El acto ocurre tras demostrarse, que dicho empresario, apoyó la campaña a gobernadora de Chihuahua de Campos Galván. Incluso, una diputada de oposición se pronunció al respecto: “Este es un regalo de 137 millones de pesos con dedicatoria, es un pago de favores políticos o un hecho de corrupción”, dijo la legisladora María Antonieta Pérez Reyes, de la bancada de Morena. Y lo denominaron: “Subsidio al Rey de la Maquila”. Dicho acto se efectuó sin consecuencia para ninguno de los actores.

Entonces, más allá de los números, el periodismo local continúa realizando esfuerzos para revelar las implicaciones de investigar a la industria en un estado represor que privilegia el negocio sobre las necesidades de su población. Rocío Gallegos es una de las periodistas más reconocidas en Ciudad Juárez dados sus múltiples premios y experiencia investigando casos de corrupción. Ella dirige un sitio local de noticias que constantemente revela casos de corrupción y abuso de poder.

“El gran reto, o el reto mayor, es el de contar lo que ocurre, contar la verdad. Es muy difícil conseguir información sobre lo que ocurre dentro de las empresas. (…) Por varias cosas pero principalmente por la violencia económica a la que estamos sujetos todos en este país”, explica Gallegos.

Para Rocío, contar las historias de empresas que violan derechos humanos es problemático principalmente porque exhibe al poder económico. “Se pone en riesgo a la fuente, a familiares de los trabajadores, a los proveedores, incluso se puede poner en riesgo a algún funcionario público que tenga acceso a información privilegiada. Entonces, es muy difícil”, arremete. Del mismo modo, la periodista explica que la principal importancia de documentar este trabajo, es que nos ayuda como comunidad a entender cómo operan quienes toman decisiones en nuestro país.

El CMN y los “amos” del tiempo

El caso investigado por las periodistas que conforman La Verdad de Juárez, es tan sólo la punta de un problema que no es endémico de Chihuahua, pero que se puede explicar perfectamente desde ahí. En todo el país, grandes empresarios confabulan entre el poder político para arrebatar las pocas condiciones dignas que le quedan al trabajador y buscar privilegios a sus negocios. Tal es el caso de algunos integrantes del grupo empresarial con más poder en el país, el Consejo Mexicano de Negocios (CMN).

Fundada en 1962, esta agrupación empresarial ha logrado que sus integrantes ocupen diferentes espacios dentro de la política económica del país, privilegiando a sus empresas e impulsando una política de explotación al trabajador desde sus espacios de poder. Con lo cual, sus riquezas han logrado trascender por generaciones.

PODER tuvo acceso exclusivo a toda la documentación federal respecto a los actos de inteligencia militar provenientes de la ya extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), en específico de quienes integran esta afiliación empresarial, el CMN. En dichos documentos, resalta un nombre que inmediatamente podemos relacionar con la política en el Estado de Chihuahua pero que afectó a todo el país, Federico Terrazas.

El señor Terrazas nació el 25 de julio de 1932 en la ciudad de Chihuahua en el núcleo de una familia acomodada. Inició su carrera profesional en Grupo Aceros de Chihuahua y en 1977 lo nombraron presidente del Consejo de Cementos de Chihuahua, puesto que sostuvo hasta 1992, año en el que formaron el Grupo Cementos de Chihuahua que ingresó a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). En el año 2013 Federico Terrazas Torres dejó la presidencia del Grupo Cementos de Chihuahua como herencia a su hijo, el también empresario Federico Terrazas Becerra.

En mitad de esa trayectoria, Terrazas Torres logró adentrarse en la política nacional. Los documentos de la DFS cuentan cómo, en marzo de 1985, Federico Terrazas, tomó protesta como vicepresidente de provincia de la Confederación Patronal de la República Mexicana (ahora Coparmex) puesto con el cuál Terrazas tenía la oportunidad de emitir opiniones “técnicas” que impactan directamente en las decisiones de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) respecto al salario de país.

En las fichas elaboradas por el departamento de inteligencia mexicano, se puede leer la postura que Terrazas emitió en su cargo como vicepresidente de la ahora Coparmex, en 1981, respecto al aumento del costo del gas, tortillas, electricidad, pan y gasolina del cual comenta: “Es drástico pero necesario para salir de una economía de ficción”. El objetivo de dicho aumento era el de generar inflación (y reducir el poder adquisitivo del salario).

El señor Terrazas falleció. Y ahora, su hijo, Federico Terrazas Becerra ocupa su lugar frente a la empresa cementera de su padre y continúan siendo una de las familias con más poder en el país. Los juarenses, en cambio, se organizan para hacer frente a los colosos de concreto que rompen huesos, enferman a la gente y se quedan con los terrenos de la ciudad. Industrias, donde pasas toda una vida trabajando para familias como los Terrazas, sin tener una opción que te permita salir de ese círculo de carencias.

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